La casa que albergará el mayor telescopio terrestre para investigar el Sol ha sido ensamblada y fabricada en España. El domo, como se denomina esta imponente estructura móvil de 500 toneladas, tiene unas medidas de 27 metros de diámetro por 22 metros de altura. Su misión será la de proporcionar una imagen del Sol sin obstrucciones al futuro Telescopio Solar de Tecnología Avanzada DKIST de Hawai, al mismo tiempo que protege sus componentes e instrumentos de la radiación solar, del viento y de otros fenómenos meteorológicos adversos.
Los ingenieros de IDOM, la empresa vasca que diseñó el domo y ha liderado su fabricación, en la que han participado también otras seis empresas españolas, han concluido con éxito el montaje de prueba de esta enorme carcasa. Hoy martes será entregada a la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA) que coordina este proyecto promovido por el Observatorio Solar Nacional de EEUU, durante un acto en Basauri (Vizcaya).
Un espejo de cuatro metros
Con su espejo de cuatro metros de diámetro el DKIST, que se instalará en el Observatorio de Haleakala de la isla de Maui, será el mayor telescopio solar terrestre.
Cuando entre en funcionamiento, hacia 2019, permitirá realizar observaciones más ambiciosas y precisas que el McMath-Pierce (en Arizona, EEUU) que con su espejo de 1,6 metros es el más grande en la actualidad. «Hay menos telescopios solares que nocturnos y habitualmente el diámetro de su espejo principal es más pequeño porque no necesitan recoger mucha luz. En este caso se ha decidido construir un telescopio de cuatro metros para conseguir más resolución. Permitirá detectar formas en la superficie del Sol de tan sólo 30 kilómetros de diámetro. Este telescopio va a ver detalles que nunca antes han sido observados», explica por teléfono desde Bilbao Gaizka Murga, director del proyecto del domo y responsable de astronomía de la empresa IDOM.
«A medida que aumentas el diámetro [del espejo] te encuentras con distorsiones atmósfericas que hay que corregir. Para ello se utilizan técnicas de óptica adaptativa», añade.
Recreación del aspecto que tendrá el Telescopio Solar de Tecnología Avanzada DKIST cuando esté montado en la isla de Maui (Hawai) en 2019. IDOM
Para Murga, el aspecto más destacado de la cúpula que han concebido es que «se trata de un domo de precisión». Habitualmente, cuando los telescopios apuntan al cielo, el domo permanece quieto mientras el telescopio se mueve y sólo hace pequeñas correcciones. En el que han diseñado para el DKIST hay un componente óptico que tienen que posicionar con una precisión milimétrica.
Un telescopio de 216 millones de euros
Con este telescopio, los científicos investigarán el comportamiento del Sol, la evolución de sus campos magnéticos, la física de los plasmas solares y su influencia sobre la Tierra: «Sabemos mucho sobre cómo se comporta el Sol pero también tenemos grandes dudas, pues a medida que se responde una pregunta se plantean tres o cuatro nuevas», señala el responsable de astronomía de IDOM.
La labor del DKIST complementará la que realizan los telescopios espaciales que monitorizan de forma permanente el Sol, como SOHO(Solar and Heliospheric Observatoryy), un proyecto conjunto de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) y SDO (Solar Dynamics Observatory) de la NASA: «La ventaja de los telescopios terrestres es que te permiten tener espejos de mayor diámetro y, por tanto, mayor resolución que en el espacio, pues no tienes las restricciones de tamaño de los satélites», señala el ingeniero, que ha estado involucrado en este proyecto desde su origen.
Fue en 2010 cuando AURA adjudicó a la empresa IDOM el diseño del domo con opción a su construcción, para la también fue seleccionada. La fabricación de la cúpula comenzó en 2012 y en esa fase han invertido algo más de un año y medio.
Una vez que se celebre este martes el acto oficial de entrega del domo, tardarán entre dos y tres meses en desmontarlo. Después lo enviaran por barco a Hawai, adonde está previsto que llegue en septiembre de 2014. Allí volverán a montarlo, una tarea que les llevará otros 15 meses. En los años siguientes se instalará el resto de componentes e instrumentos con el objetivo de que el DKIST entre en funcionamiento en 2019.
En total, el telescopio contará con una financiación de 300 millones de dólares (unos 216 millones de euros) la mayor parte procedente de instituciones públicas de EEUU. Diez millones de euros han ido destinados a la cúpula fabricada en España.