Translate - Traductor

Mostrando entradas con la etiqueta fosiles. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fosiles. Mostrar todas las entradas

jueves, 27 de marzo de 2014

La tortuga monstruosa que tardó 165 años en mostrarse

Paleontólogos encajan milagrosamente las dos mitades del húmero de un ejemplar de este coloso de los mares de hace 70 millones de años

Que dos piezas fósiles encontradas con 163 años de diferencia encajen y formen parte del mismo hueso parece imposible, pero en ocasiones los milagros (paleontológicos) ocurren. En 1849, el paleontólogo Louis Agassiz descubrió en Nueva Jersey (EE.UU.) la mitad de lo que parecíaun húmero de una tortuga marina gigantesca (Atlantochelys mortoni) de hace unos 75 millones de años. Como a la pieza le faltaba una parte, era difícil estimar el tamaño del animal, pero concluyó que debía de medir alrededor de 3 metros de la cabeza a la cola. Ahora, para asombro de los científicos, ha aparecido la otra mitad y los expertos han podido confirmar la longitud del monstruo del Cretácico.
La segunda mitad fue descubierta por el químico Gregory Harpel, paleontólogo aficionado, hace un par de años cuando buscaba fósiles de dientes de tiburón en un terraplén cubierto de hierba cerca de un arroyo en el condado de Monmouth, Nueva Jersey. Al principio, como la pieza era pesada, pensó que se trataba de una roca, pero pronto se dio cuenta de que lo que tenía entre manos era un fósil, y mucho más interesante que un diente de tiburón.
La tortuga monstruosa que tardó 165 años en mostrarse
Las dos mitades del mismo húmero de la tortuga
DREXEL UNIVERSITY
Harpel decidió llevar el fósil al Museo Estatal de Nueva Jersey, donde Jason Schein y David Parris, curadores del centro, lo reconocieron de inmediato como el húmero roto de una tortuga. Pero a Parris la pieza le resultaba extrañamente familiar y, como broma, le dijo a su colega que igual era la parte que le faltaba a la extremidad de una tortuga guardada en las colecciones de la Academia de Ciencias Naturales de la Universidad de Drexel. No se equivocaba. La coincidencia era sorprendente.
Además, Parris sabía que la pieza conservada en la academia era demasiado antigua. En teoría, los fósiles encontrados en estratos de roca expuesta se descomponen ante la exposición a los elementos, si no se recogen y conservan, en cuestión de años o, como mucho, décadas. No había ninguna razón para pensar que una mitad perdida del mismo hueso viejo sobreviviría intacta y expuesta en un lecho de Nueva Jersey, desde, al menos, el momento de la primera descripción científica de la edad ósea en 1849, hasta que Harpel lo encontró en 2012 .
Pero el ajuste perfecto entre los fósiles dejaba poco espacio para la duda. Efectivamente, eran las dos mitades de un mismo hueso, que pertenecía a una tortuga de mar gigante.

Se conservan más tiempo

Ahora, los científicos están revisando lo que creían saber sobre la conservación de los fósiles al aire libre. «La confluencia sorprendente de los acontecimientos que tuvieron que haber ocurrido para que esto sea cierto es simplemente increíble, y probablemente no tiene ningún precedente en la paleontología». dice Schein.
El húmero completo de A. mortoni da a los científicos más información acerca de esta colosal tortuga marina. Con la extremidad completa han calculado el tamaño total del animal era de unos 3 metros desde la punta hasta la cola, por lo que es una de las tortugas marinas más grandes que se conocen. La especie pudo haberse parecido a las tortugas bobas modernas, pero era mucho más grande que cualquiera de las especies vivas en la actualidad.
Los científicos creen que el hueso intacto quedó incrustado originalmente en los sedimentos durante el Cretáceo, hace 70 hasta 75 millones de años, cuando la tortuga vivió y murió. Entonces esos sedimentos fueron erosionados y el hueso fracturado millones de años más tarde, antes de que las piezas óseas quedaran recogidas en los sedimentos y protegidas de un mayor deterioro hasta su descubrimiento.

miércoles, 26 de marzo de 2014

La tranquila «gamba» gigante del Cámbrico

Una gran criatura marina que vivió hace cientos de millones de años se alimentaba de forma muy similar a las ballenas

La tranquila «gamba» gigante del Cámbrico
BOB NICHOLLS/BRISTOL UNIVERSITY
Hace 520 millones de años, se produjo la llamada Explosión Cámbrica, un fecundo período en la historia de la Tierra durante el cual surgieron repentinamente todos los géneros de seres vivos que conocemos en la actualidad. Una de estas criaturas era elTamisiocaris borealis, una especie de extraña «gamba» giganteque pertenece a un grupo de animales llamados anomalocarídidos, un tipo de artrópodo temprano que incluye a algunos de los seres más grandes y emblemáticos del Cámbrico.
Hasta ahora, la fama del Tamisiocaris era la de un eficaz depredador. Tenía grandes apéndices delante de la boca de unos 12 cm de longitud (el tamaño total del cuerpo no se conoce) que los investigadores creían que utilizaba para capturar las presas más grandes, como los trilobites(una clase extinta de artrópodos muy conocida por los paleontólogos). Sin embargo, fósiles recién descubiertos en el norte de Groenlandia muestran que, en realidad, se trataba de filtradores de material en suspensión, igual que las ballenas modernas, técnica que lograban transformando sus apéndices prensiles en un aparato de filtración que podía ser arrastrado como una red a través del agua, atrapando pequeños crustáceos y otros organismos tan pequeños como la mitad de un milímetro.
Una amplia gama de depredadores marinos, como tiburones, rayas y ballenas han mostrado esa misma tendencia, pasando a alimentarse de materia en suspensión, y esa estrategia ha evolucionado independientemente varias veces en la historia de nuestro planeta. Los nuevos fósiles demuestran que esta transición se produjo por primera vez muy temprano en la historia evolutiva de los organismos multicelulares. «Estos artrópodos primitivos eran, ecológicamente hablando, los tiburones y las ballenas de la era cámbrica. Y tanto en tiburones como en ballenas, algunas especies han evolucionado en comedores de materia en suspensión y se han convertido en animales gigantes, de movimientos lentos, que a su vez se alimentan de los animales más pequeños en el agua», explica Jakob Vinther, de la Universidad de Bristol.

Un entorno rico

Los investigadores crearon una animación por ordenador en 3D para conocer cómo el Tamisiocaris podría haberse alimentado. «El Tamisiocaris habría utilizado una red de barrido, recolectando partículas de placton en la malla fina que se forma cuando arquea su apéndice contra su boca», explica Martin Stein, de la Universidad de Copenhague, que creó la animación por ordenador.
El descubrimiento también ayuda a comprender lo productivo que fue el período Cámbrico, con especies muy diferentes de anomalocarídidos que evolucionaban en ese momento, y permite conocer mejor los ecosistemas que existían hace cientos de millones de años. «El hecho de que grandes comedores de materia en suspensión que nadan libremente vagaran por los océanos nos dice mucho sobre el ecosistema», dice Vinther. «Alimentarse de las partículas más pequeñas mediante el filtrado del agua mientras se nada activamente en torno requiere una gran cantidad de energía y, por lo tanto, una gran cantidad de alimentos».

lunes, 24 de marzo de 2014

Una varilla tallada muestra los primeros rostros humanos del Neolítico

El fósil, de 10.000 años de antigüedad y hallado en Siria, muestra dos caras de nariz larga, ojos cerrados y boca pequeña


La varilla con dos rostros humanos

Un equipo internacional de investigadores liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto en el yacimiento arqueológico de Tell Qarassa (Siria) un hueso tallado en el que aparecen dos caras humanas. El fósil, que tiene unos 10.000 años de antigüedad, refleja la evolución del arte figurativo y el cambio de mentalidad de las primeras comunidades de agricultores y ganaderos respecto a los últimos grupos de cazadores recolectores. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Antiquity.
“La iconografía de los cazadores-recolectores en el Paleolítico consiste principalmente en representaciones naturalistas de animales, mientras que la figura humana, salvo escasas excepciones, es mucho más esquemática. A medida que comienzan las transformaciones económicas y sociales que llevan al Neolítico, las representaciones simbólicas comienzan a centrarse en la imagen humana y aparecen lasprimeras representaciones naturalistas de rostros humanos, como los que hemos encontrado en Tell Qarassa”, explica el investigador del CSIC Juan José Ibañez, de la Institución Milà y Fontanals.
La talla encontrada en Siria mide 51 milímetros de largo, 17 de ancho y 7 de grosor. Está fabricada a partir de una costilla de gran bóvido, probablemente un uro euroasiático, y fechada alrededor del año 8200 antes de nuestra era. Las dos caras representadas, una sobre la otra en sentido vertical, muestran las mismas características: frente alta y despejada, arcos superciliares bien definidos, ojos cerrados, nariz larga y recta conectada con la frente, boca pequeña hecha con una incisión corta y recta y barbilla curva. Ambos rostros carecen de pelo y de orejas.
En la transición del Paleolítico al Neolítico este tipo de representaciones faciales aparecen tanto en esculturas monumentales, como en los denominados cráneos modelados (cráneos de antepasados sobre los que se reproducen por modelado los rasgos anatómicos). En ambos casos, apunta el investigador del CSIC, “la representación de la cara sirve para potenciar el vínculo de los vivos con seres sobrenaturales. Se trata de un tipo de relación simbólica que supone una de las innovaciones clave asociadas al origen del Neolítico”.

jueves, 20 de marzo de 2014

Descubren el «pollo del infierno»

Tres esqueletos fósiles de este extraño y enorme dinosaurio con garras, perseguido desde hace un siglo por los paleontólogos, han aparecido en el norte de EE.UU.

Descubren el «pollo del infierno»
Recreación del esqueleto
La criatura medía tres metros de largo y metro y medio de alto, sus mandíbulas terminaban en un pico sin dientes y su cabeza lucía una cresta redondeada de altura similar a la del pájaro casuario australiano. Tenía patas de avestruz, enormes garras y posiblemente un cuerpo cubierto de plumas. Esta es la inquietante descripción de un nuevo dinosaurio de hace 66 millones de años descubierto por un equipo de paleontólogos del Museo de Historia Natural Carnegie en Pittsburgh (EE.UU.), tras desenterrar los esqueletos de tres ejemplares al norte del país, en Dakota del Norte y del Sur. Su aspecto es el de una extraña ave gigantesca, por lo que se ha ganado el sonoro nombre de Anzu wyliei, «pollo del infierno», el tipo de cosa que, como dice Matthew Lamanna, autor principal del estudio que se publica en la revista PLoS ONE, uno «no querría encontrar en un callejón oscuro».
Por primera vez, los investigadores han podido echar un vistazo a un grupo de dinosaurios que ha sido un misterio durante un siglo, loscaenagnathidae. «Anzu wyliei es, de lejos, el más completo que jamás se haya descubierto. Por fin tenemos los fósiles para mostrar el aspecto de estos seres de la cabeza a los pies. Y en casi todos los sentidos, son aún más extraños de lo que imaginábamos», confiesa Lamanna.
Descubren el «pollo del infierno»
Esqueleto y huesos
Anzu wyliei tenía toda la pinta de un ave no voladora gigantesca: cresta, largas patas... Aunque de estos especímenes solo se han recuperado sus huesos, se han encontrado parientes cercanos a este dinosaurio con plumas fosilizadas, lo que sugiere que también teníancuerpos emplumados. Pero el parecido con los pájaros acaba aquí. Los miembros anteriores terminaban en grandes y afiladas garras y la cola era larga y robusta. «En tono de broma comenzamos a llamarle 'pollo del infierno' y creo que era bastante apropiado, así que acabamos bautizándolo como Anzu, un demonio parecido a un ave de la mitología antigua», explica el paleontólogo.

Una vida de peligros

La anatomía y el ambiente en el que vivió este «pollo infernal» proporciona información sobre su dieta y hábitat. Aunque su alimento preferido sigue siendo una incógnita, los investigadores creen que probablemente eran omnívoros y comían carne y vegetales. Ocupaban llanuras de inundación y probablemente llevaron una vida llena de peligros. Además de compartir su mundo del Cretácico con el Tiranosaurio rex, el carnívoro más notorio de todos los tiempos, los ejemplares muestran señales de lesiones: uno tiene una costilla rota ya curada y otro un hueso del dedo del pie artrítico que puede haber sido causado por una fractura cuando el tendón arrancó un pedazo del hueso adjunto. «Estos animales eran claramente capaces de sobrevivir con un poco de trauma. Si las lesiones son el resultado del combate entre dos individuos o el ataque de un depredador más grande sigue siendo un misterio», apunta Emma Schachner, de la Universidad de Utha en Salt Lake City y colaboradora el estudio.
Los esqueletos casi completos han abierto una ventana a cómo era la anatomía de esta y otras especies de caenagnathidae, lo que ha permitido a los paleontólogos reconstruir la evolución y variedad de estos animales con más detalle que nunca, formando una agrupación natural dentro de los oviraptorosaurios, los falsos ladrones de huevos llamados así por una confusión científica y que, en realidad, no eran saqueadores de nidos, sino progenitores que cuidaban de sus propias crías.

martes, 18 de marzo de 2014

«Little Foot», el australopiteco que pugna por ser nuestro antepasado

Una nueva investigación asegura ahora que este fósil tiene un millón de años más de lo que se pensó en un primer momento

El pequeño 'hombre mono' sudafricano 'Little Foot', el fósil de australopiteco más completo jamás descubierto, está de regreso en la carrera por el título de antepasado del primer hombre, anunciaron este viernes científicos franceses y sudafricanos. Tras trece años de intensas investigaciones, los científicos aseguran haber establecido que este protohumano velludo, de apenas más de un metro de altura, vivió efectivamente hace tres millones de años, aproximadamente al mismo tiempo que Lucy, su famosa prima etíope, descubierta en 1974.
Eso quiere decir que Little Foot es casi un millón de años más viejode lo que pensó un equipo de arqueólogos competidores (2,2 millones de años). Al igual que Lucy y los australopitecos de África oriental, podría ser uno de los antepasados de los primeros seres humanos, Homo habilis. "El Homo habilis aparece hace aproximadamente 2,5 millones de años. Si Little Foot tiene 2,2 millones de años, de ninguna manera podría ser nuestro antepasado, ya que Homo habilis ya existía en aquella época", explicó a la prensa Laurent Bruxelles, especialista en rocas y paisajes.
"Hasta el día de hoy, algunos decían: 'Sudáfrica es demasiado joven como para haber sido la cuna de los primeros hombres. Tras una datación de 3 millones de años, Little Foot y Sudáfrica vuelven a estar en carrera", resume el científico y principal autor del estudio, que publica este viernes la revista Journal of Human Evolution. Ágil en la tierra y en los árboles, 'Little Foot' sufrió una caída mortal desde unos 20 metros de altura hasta el fondo de una gruta en Sterkfontein, cerca de Johanesburgo. Una zona repleta de grutas y fósiles proto-humanos -unos mil ya han sido exhumados- inscripta en el patrimonio mundial de la Unesco como 'Cuna de la humanidad'.
El australopiteco permaneció en ese lugar durante unos tres millones de años, conservado por una capa de mineral calcáreo, inmovilizado en su pose mortuaria con un largo pulgar aún plegado dentro del puño cerrado. Hasta que en 1994, el paleontólogo sudafricano Ron Clarke descubrió cuatro huesesillos de su pie izquierdo en una caja llena de huesos de animales prehistóricos, exhumados por mineros entre los escombros.
El científico reconoce de inmediato el pie de un homínido pero deberá esperar otros tres años antes de hallar un nuevo indicio en otra casa de osamentas: el pie derecho de 'Little Foot', y un pedazo de tibia.Seguro de que se trata de un fósil de gran valor científico, el paleontólogo envía un equipo a la gruta de Sterkfontein que completa el rompecabezas al descubrir el otro pedazo de tibia que sobresale entre las rocas.

Taladro de dentista

Al término de trece años de excavaciones minuciosas "con taladro de dentista" señala Laurent Bruxelles, se logra liberar la totalidad del fósil de su sarcófago rocoso. Cráneo, dientes con esmalte y huesos de la mano: un esqueleto "único, casi completo y perfectamente preservado". El problema es que establecer la edad de Lucy y sus congéneres de África oriental es fácil gracias a las cenizas volcánicas que los rodean, pero la gruta de Sterkfontein es un rompecabezas geológico. Desmoronamientos sucedieron a inundaciones, sin mencionar la dinamita utilizada en las canteras vecinas a principios del siglo XX.
En 1997, Ron Clarke se basa en criterios anatómicos para fechar a Little Foot en unos 3 millones de años, y una datación posterior basasa en las variaciones del campo magnético establece 3,3 millones de años. En 2006, un análisis químico de los estratos calcáreos que rodean al australopiteco lo rejuvenecen radicalmente: tiene sólo entre 1,5 y 2,2 millones de años. Fue en esa época que Ron Clarke recurre al peritaje de Laurent Bruxelles en materia de geo-arqueología. Durante siete años, explorará la gruta y su laberinto de galerías, gracias a un modelo en 3D, para finalmente reconstituir su "complicada historia".

domingo, 16 de marzo de 2014

Descubren un mamífero extinto con una anatomía única

Marsopa con barbilla
Foto: RACHEL RACICOT
MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Científicos de la Universidad de Yale, en New Haven, Estados Unidos, han identificado una nueva especie de marsopa antigua con una longitud de mentón sin precedentes entre los mamíferos conocidos y sugieren que el animal utiliza la punta de su cara para sondear el fondo marino en busca de alimento.

   En relación con las marsopas corona que viven en la actualidad, la extinta marsopa californiana, 'Semirostrum ceruttii', tenía una extensión de su mandíbula llamada sínfisis, el análogo de la barbilla humana, de unos 85 centímetros de largo, según la muestra mejor conservada, describen los investigadores. La sínfisis típica de una marsopa corona es de entre uno y dos centímetros.

   "Esta es una anatomía única para un mamífero", resalta Rachel Racicot , candidata doctoral de Yale y autora principal de un artículo sobre esta investigación que se publica este jueves en la revista 'Current Biology'. "Y nos dice que las marsopas buscaron una vez los alimentos de una manera muy diferente a como lo hacen ahora", explica.

   El documento es la descripción más exhaustiva jamás realizada de 'Semirostrum' y la primera en señalar que el delfín era bentónico, es decir, que se alimentaba de bentos (conjunto de organismos que viven en los fondos marinos) o un animal que cavó para buscar la comida alojada en el fondo del mar. Las marsopas modernas buscan alimentos en toda la columna de agua, prefiriendo las presas de alta mar frente a las que habitan en el fondo y la parte media agua, incluyendo peces y cefalópodos.

   Se conocen unos 15 ejemplares de fósiles de 'Semirostrum', todos de California, Estados Unidos, incluyendo un espécimen holotipo notablemente bien conservado encontrado en un sitio en construcción en San Diego, California. La especie vivió hace aproximadamente entre hace 1,5 y 5,3 millones años, en al menos 450 kilómetros de la costa californiana de Estados Unidos.

   El nombre 'Semirostrum ceruttii' se refiere a la inusual mandíbula del animal, siendo el rostro la parte más baja (inferior) de la mitad de la mandíbula, además de hacer referencia al paleontólogo del Museo de Historia Natural de San Diego Richard A. Cerutti, quien recuperó este espécimen.

   La estructura de la mandíbula más cercana en los animales vivos se encuentra en las aves conocidas como 'Skimmers' ('Rynchops') y en los peces mediopicos ('Hemiramphus'). Cuando buscan alimento, los 'Skimmers' negros vuelan por encima de la superficie del agua con su sínfisis ligeramente sumergida para investigar y recoger pequeños peces y crustáceos. 'Skimmers' y peces de mediopico se alimentan principalmente por la noche, lo que sugiere la importancia que tienen para ellos las sondas de alta sensibilidad que pueden retransmitir a través del tacto información sobre la presa sin ser vistos.

   Racicot y sus colaboradores analizaron los fósiles originales y las tomografías computarizadas de esta muestra tan bien conservada, que ella describe como "casi completamente conservada". Las exploraciones revelaron canales nerviosos extensos desde la sínfisis en la parte posterior del cráneo, lo que indica que la protuberancia era altamente sensible y podría transmitir información significativa al cerebro del animal.


jueves, 6 de marzo de 2014

Encuentran en Portugal el fósil del mayor depredador terrestre europeo

Un equipo de investigadores ha hallado en Portugal los restos fósiles de una nueva especie de dinosaurio que, con una longitud de diez metros y un peso de cuatro a cinco toneladas, podría ser el mayor predador terrestre de Europa, según un artículo publicado en Public Library of Science ONE.
<p>Un equipo de investigadores ha hallado en Portugal los restos fósiles de una nueva especie de dinosaurio que, con una longitud de diez metros y un
Un equipo de investigadores ha hallado en Portugal los restos fósiles de una nueva especie de dinosaurio que, con una longitud de diez metros y un peso de cuatro a cinco toneladas, podría ser el mayor predador terrestre de Europa, según un artículo publicado en en Public Library of Science ONE. Imagen facilitada por el Museo de Lourinhã.
Según el estudio, encabezado por Christophe Hendrickx y Octavio Mateus, de la Universidade Nova de Lisboa y el Museo de Lourinhã, el animal podría haber sido asimismo uno de los dinosaurios carnívoros más grandes del período jurásico.

En los sedimentos del jurásico superior, en el centro de Portugal, se han hallado restos de numerosas clases de dinosaurios que representan una de las faunas europeas más ricas de dinosaurios y “ciertamente la más diversa desde el jurásico tardío en Europa”, señalaron los autores.

En esas muestras están representadas todas las ramas mayores en el árbol filogenético de los dinosaurios, aparte de los llamados marginocéfalos o “cabezas con reborde” que vivieron desde el jurásico superior hasta el cretácico superior entre hace unos 157 y 65 millones de años.

Entre esos, añade el artículo, los terápodos, un tipo de dinosaurios carnívoros, son de lejos el grupo más diversificado entre los dinosaurios.

Los científicos que descubrieron los huesos de este ejemplar al norte de Lisboa creyeron, inicialmente, que se trataba de un torvosaurus tanneri, una especie de dinosaurio que se ha hallado en América del Norte.

Una comparación más detallada del hueso de pantorrilla, mandíbula superior, dientes y una porción de vértebra de la cola indicó a los autores que el ejemplar merecía un nuevo nombre de especie y lo llamaron torvosaurus gurneyi.

Este dinosaurio tenía dientes con forma de hoja de cuchillo de hasta diez centímetros de longitud, lo cual indica que puede haber estado en la cumbre de la cadena alimentaria en la península Ibérica hace unos 150 millones de años.

Los científicos calcularon que puede haber alcanzado un tamaño de diez metros de largo con un peso de cuatro a cinco toneladas.

El número de dientes, como asimismo el tamaño y la forma de la boca, diferencian al torvosauros europeo del americano. La mandíbula superior del americano tiene once o más dientes, en tanto que la del europeo tiene menos de once.

“Éste no es el dinosaurio predador más grande que conocemos”, señaló Hendrickx. “Los tiranosaurios, carcarodontosaurios y giganotosaurios del período cretáceo fueron animales más grandes.

“Pero con un cráneo de 115 centímetros de largo, el Torvosaurus gurney fue uno de los carnívoros terrestres más grandes en esta época y fue un predador activo que cazaba otros dinosaurios grandes, como lo prueban sus dientes con forma de hoja de cuchillo”. 
EFEfuturo

jueves, 13 de febrero de 2014

Un fósil de ictiosaurio preserva un nacimiento de un antiguo reptil

Ictiosaurus
   Un fósil de ictiosaurio recuperado en China puede mostrar el nacimiento vivo más antiguo de un antiguo reptil marino del Mesozoico, según informa un estudio publicado este miércoles en 'Plos One' por Ryosuke Motani, de la Universidad de California, Davis, en Estados Unidos, y sus colegas.

   Los ictiosaurios eran reptiles marinos gigantes que evolucionaron a partir de reptiles de la tierra y se trasladaron al agua. Los científicos informan de un nuevo espécimen fósil que pertenece a la especie 'Chaohusaurus' ('Ichthyopterygia'), el más antiguo de los reptiles marinos mesozoicos que vivieron hace aproximadamente 248 millones de años.

   El esqueleto parcial puede mostrar un nacimiento vivo, ya que se trata de un esqueleto materno con tres embriones: uno dentro de la madre, otro que sale de la pelvis con la mitad del cuerpo todavía dentro de la madre y el tercero, fuera de la madre. La postura de la cabeza durante el nacimiento del segundo embrión indica que los nacimientos de los ictiosaurios pueden haber tenido lugar en la tierra, en lugar de en el agua, como han sugerido algunos estudios anteriormente.

   El nuevo espécimen pueden contener los embriones fósiles más antiguos de reptil marino del Mesozoico, unos diez millones de años antes que los apuntados en los registros anteriores. Los autores también sugieren que los nacidos vivos en los reptiles de tierra pueden haber aparecido mucho antes de lo que se pensaba.