La enfermedad de Parkinson se ha asociado durante mucho tiempo con la pérdida gradual de neuronas de dopamina en una región del cerebro, llamada sustancia negra. Estas células están involucradas en la regulación del movimiento voluntario, pero se cree que degeneran a un ritmo del 5 al 10 por ciento por década, debido a la inflamación y el estrés oxidativo, que ocurre cuando partes de la célula, acumulan daño de moléculas altamente reactivas llamadas especies reactivas de oxígeno.
Se ha identificado el subconjunto específico de células
cerebrales que mueren en pacientes con enfermedad de Parkinson, resolviendo así
uno de los mayores misterios que rodean al trastorno. Al presentar su
investigación en la revista Nature Neuroscience, los autores del estudio dicen
que sus hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos dirigidos
a estas neuronas vulnerables.
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