Uno de los aspectos más controvertidos (y que más debate generan) delos yacimientos de Atapuerca es la datación de los estratos en los que se encuentran los fósiles. Se trata de un aspecto de fundamental importancia a la hora de determinar la antigüedad de los restos humanos hallados en la localidad burgalesa y, por lo tanto para establecer una cronología exacta que permita situar a Homo Antecessor en el lugar evolutivo que le corresponde.
Ahora, un equipo del Centro Nacional de Evolución Humana acaba de publicar los datos más fiables al respecto en la revista «Journal of Archaeological Science». Y el resultado es que los sedimentos de Gran Dolina, donde en 1994 aparecieron los primeros restos de Homo Antecessor, tienen 900.000 años de antigüedad.
En 1995, la revista Nature publicó el hallazgo de los restos de un hominino en el estrato TD6 de Gran Dolina, atribuyéndole 780.000 años de antigüedad. Se trataba del primer ejemplar de Homo antecessor, el humano más antiguo conocido en Europa.
Sin embargo, la datación de este yacimiento fue objeto, desde el principio, de un intenso debate, hasta el punto de que, en 2012, un diario británico llegó a acusar a Juan Luis Arsuaga, uno de los directores de Atapuerca, de «distorsionar el cuadro de la evolución humana». Pero los investigadores españoles estaban ya trabajando entonces para resolver el problema y despejar cualquier duda que pudiera existir sobre las fechas atribuíbles a los fósiles.
Josep María Parés, del citado Centro de Evolución Humana, ha dirigido la nueva datación del nivel TD6 de Gran Dolina y afirma que «hemos aplicado nuevos métodos y técnicas, y además ahora tenemos un mejor conocimiento, tanto de campo como de laboratorio. Hemos publicado un estudio que representa un pequeño paso hacia un objetivo mucho mayor y que nos llevará mucho más tiempo: revisar todas las dataciones y afinarlas lo más posible. La idea es construir un marco geocronológico mucho más sólido que el actual».
Uno de los aspectos que aporta este nuevo estudio es la combinación dela técnica del paleomagnetismo (lo que implica la revisión de la polaridad de los materiales que constituyen las capas estratigráficas) con las cifras obtenidas en estudios anteriores.
«Por un lado -prosigue el investigador- empleamos resonancias magnéticas. Y por otro lo que se conoce como luminescencia estimulada opticamente. Lo cual proporciona una serie de datos numéricos, que son edades absolutas. Hemos revisado esos datos y los hemos combinado con las nuevas cifras de paleomagnetismo con el fin de ampliar la cronología del nivel TD6 de la Gran Dolina y de los fósiles que contiene».
A esos fósiles se les había atribuido una edad mínima de 780.000 años. Ahora los investigadores saben que la cifra correcta es cerca de 900.000. «La diferencia -añade Parés- puede sonar muy pequeña o muy grande, pero el estrato TD6 se conoce con precisión por haber sido el lugar del descubrimiento de Homo antecessor. Ahora sabemos también su edad».
Desde aquel primer hallazgo, se han descubierto cerca de 90 fósiles humanos y más de 200 fragmentos de piedra tallada en Gran Dolina. La extensión de la excavación se hace cada vez más grande y ser capaces de concretar al máximo sus fechas es algo del máximo interés para los científicos.
«El lugar - explica el artículo- ha producido ya miles de fósiles y artefactos y se ha convertido en un hito del Pleistoceno para el estudio de los primeros asentamientos humanos fuera del continente africano».
Ahora, los investigadores están intentando usar fósiles individuales, especialmente dientes, para obtener dataciones directas de los restos y comprobar si coinciden con las del terreno.
No hay comentarios :
Publicar un comentario