© AFP Kazuhiro Nogi
El toxoplasma gondii, un parásito cerebral que convierte a ratas en bestias sin miedo a los gatos y capaz de causar esquizofrenia en los seres humanos, ha sido encontrado en las ballenas beluga del Ártico.
A juicio de los investigadores de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) que hicieron el hallazgo, el alarmante hecho es un ejemplo de cómo el calentamiento del Ártico está permitiendo el acceso de agentes patógenos a donde antes no podían llegar.
Las condiciones más gélidas del pasado actuaron como una barrera contra los agentes infecciosos. "El hielo es una barrera ecológica importante que influye en la forma en que los patógenos pueden ser transmitidos en la naturaleza y en el riesgo de ser expuesto", señaló el parasitólogo molecular Michael Grigg, citado por la BBC.
"Lo que estamos encontrando con los cambios en curso en el Ártico es que estamos llegando a nuevos patógenos emergentes capaces de traer a la región enfermedades nunca registradas allí", señaló el científico durante una reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
El toxoplasma gondii se haya en las latitudes más bajas, y mucha gente lo tiene sin efectos nocivos. Pero sí es un peligro para las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunológicos débiles.
Los investigadores ya sabían que el parásito estaba presente en mamíferos terrestres de la región, pero la presencia del patógeno en las vías fluviales y los océanos de la zona es preocupante. Sigue siendo un misterio cómo el parásito logró infectar a las ballenas, aunque la hipótesis principal gira en torno a la llegada al Ártico de los gatos domésticos.