La ciencia sabe desde hace tiempo que la depresión, un trastorno neurológico devastador, tiene la curiosa propiedad de encoger el cerebro de quien la padece. Menos clara era la causa por la cual esto ocurre, pero un nuevo estudio de la Universidad de Yale muestra que los científicos podrían haber encontrado la respuesta.
Dentro de nuestro cerebro tenemos miles de millones de neuronas enviando permanentemente señales que son las que nos hacen pensar, sentir, mover, reaccionar, ver, probar y experimentar el mundo.
Lo que conectan a las neuronas, son unas estructuras delgadas llamadas dendritas, que actúan como puentes para cada paquete de información que se envía por el cerebro, e incluso juegan un papel en la liberación de ciertos neurotransmisores.
Una nueva investigación sugiere que cuando una persona carece de una proteína específica, llamada REDD1, estas dendritas se encogen y mientras más tiempo dure la depresión, más probable es que se produzca esta contracción en el cerebro.
Aunque la depresión suele confundirse con un trastorno del estado de ánimo, en realidad tiene raíces químicas legítimas y un fundamento neurológico que hace que la superación de la enfermedad sea algo más complicada. Es por esta razón que se han desarrollado tantos medicamentos para tratarla.
Aparte de la REDD1, hay otra proteína implicada, llamada mTORC1 que siendo activada por la anterior, actúa como reparador de células cerebrales rotas. La causa por la cual la ketamina y otros antidepresivos funcionan tan bien es porque aumentan los niveles de mTORC1, actuando por tanto, como sanador de las células cerebrales y las dendritas.
Según este estudio, los investigadores esperan poder utilizar esta proteína como factor principal para futuros estudios y posibles abordajes farmacológicos en el tratamiento de la depresión.
Fuentes: Medical Daily y NewScientist