El satélite Sentinel-1A se encargará de vigilar el estado del terreno, los océanos y la atmósfera, dará información sobre le cambio climático y será útil en la gestión de catástrofes
Ya está en el espacio el primero de los «guardianes» europeos de la Tierra. La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó el jueves el satéliteSentinel-1A, que pone en marcha el programa europeo Copérnico de observación de nuestro planeta. Este proyecto permitirá monitorizar cualquier cambio en el terreno, en el océano o en la atmósfera gracias a dispositivos de radar o multiespectrales de última generación.
El despegue se produjo alrededor de las 23.02 (hora peninsular española) desde el Centro Espacial Europeo en Korou (Guayana francesa). Sentinel-1A ha comenzado su viaje a bordo de una nave Soyuz. Las primeras fases del lanzamiento se produjeron tal y como estaba previsto, aunque se vivieron momentos de tensión cuando, pasados 24 minutos después del despegue, el satélite debía separarse definitivamente.
Según han explicado los expertos, la señal que confirmaba la separación llegó con algún retraso, pero la operación se completó sin ninguna incidencia en el espacio. Sentinel-1A se encuentra ya orbitando el planeta, a 693 kilómetros de altura, a la espera de que comiencen a desplegarse los paneles solares con los que de alimentará el aparato.
Este satélite inaugura la nueva familia de sondas europeas diseñada para generar los datos y las imágenes en los que se fundamentará el programa Copérnico, en el que también participa la Comisión Europea. Entre las compañías que colaboran en este proyecto hay una amplia participación española también. Desde las instalaciones de Airbus en Madrid, los ingenieros e investigadores se han encargado, entre otros, del control técnico -que sirve para proteger el satélite de la radiación solar- de su diseño, análisis, montaje, verificación y ensayo.
También el principal contratista de esta misión, Thales Alenia Space, se ha involucrado desde España en el desarrollo de sistemas de comunicación de imágenes y de datos, así como el suministro de la electrónica de la unidad de control de despliegue (antenas, paneles solares).
El resto de empresas españolas -Iberespacio, Rymsa Espacio, Sener, Mier Comunicaciones, GMV, Altar Technology, Elecnor Deimos e Indra- han trabajado en cables para el subsistema de telemedia, antenas y en ensayos de aceptación y evaluaciones de componentes electrónicos. Cada satélite tiene un peso de 2.300 kilogramos y ha sido diseñado para una vida operativa de siete años como mínimo.
Cambio climático
El proyecto Copérnico está diseñado para proporcionar información en seis áreas claves: monitorización del terreno, seguimiento del entorno marítimo, gestión de catástrofes y de crisis, seguimiento de la atmósfera terrestre y del cambio climático, además de seguridad. Todo este programa de servicios que comienza Sentinel-1A lo llevarán a cabo un grupo de constelaciones de dos satélites cada una. Así, el aparato lanzado este jueves formará junto a Sentinel-2A (para el que aún no hay fecha de lanzamiento) la constelación Sentinel-1.
Ambos satélites se situarán a 180 grados de distancia el uno del otro, lo que les permitirá observar toda la Tierra en sólo seis días. Ambos enviarán sus datos a una red de estaciones de seguimiento repartidas por todo el mundo, aunque también están equipados con un láser que les permite compartir información al Sistema Europeo de Transmisión de Datos (EDRS) en órbita geoestacionaria, lo que permitirá recibirlos en Tierra en tiempo casi real.