Fotografía de corales del Caribe facilitada por la Universidad James Cook de Australia.
Las principales razones de que la especie esté en peligro de extinción son el crecimiento explosivo de la población, la sobrepesca, la contaminación de las zonas costeras, el calentamiento global y las especies invasoras, según la investigación científica, cuyos resultados han sido difundidos hoy.
“El ritmo al que los corales del Caribe han disminuido es realmente alarmante”, declaró el director de Programa Global Marine del UICN, Carl Gustaf.
Sin embargo, su suerte no está echada, asegura el informe, que afirma que la reintroducción de peces loros (especie herbívora) y el mejoramiento de gestión de su hábitat pueden salvarlos.
La pérdida de ese pez -por una pesca excesiva el pasado siglo-, así como de erizos marinos -debido a una enfermedad desconocida que los diezmó en el siglo XX- es considerada una de las causas de la pérdida de corales en el Caribe.
La fuerte disminución de estas especies ha rotó el delicado equilibrio del ecosistema de los corales y permite a las algas, de las que normalmente los corales se alimentan, ahogar los arrecifes.
Para ello se requiere una protección frente a la sobrepesca y a la contaminación de los litorales, que podrían ayudar a la recuperación de los arrecifes y hacerlos más resistentes frente al cambio climático, que provoca un aumento en la temperatura de los mares.
Este último fenómeno había sido considerado como la causa principal de la degradación de los corales debido a que aumenta el nivel de acidez de los océanos y causa su blanqueamiento o pérdida de pigmentación.
La investigación, basada en el análisis de más de 35.000 muestras en 90 lugares diferentes del Caribe, corrobora también que los corales protegidos de la sobrepesca y la contaminación costera (por el turismo o el desarrollo de infraestructuras) soportan mejor el cambio climático.
De otra parte, se consiguió determinar que las población más saludable de corales se encuentra en áreas donde se ha prohibido o limitado cualquier actuación que pueda dañar a los peces loro, como en el santuario nacional marino de Estados Unidos, Flower Garden Banks, en la zona norte del Golfo de México, Bermuda y Bonaire.
El informe alienta medidas como la de Barbuda, que está preparando el plan de gestión para convertir una tercera parte de sus aguas costeras en reservas marinas.
Las zonas del Caribe donde los corales más han disminuido corresponden a Jamaica y toda la extensión del arrecife de Florida, desde Miami hasta Key West, así como las Islas Virginia (EEUU).
El Caribe alberga al 9 por ciento de los corales de todo el mundo, que en total vive en aguas de 38 países, donde su existencia genera importantes ingresos a las poblaciones locales a través de la pesca, el turismo y otros servicios.
Se considera que la pesca artesanal, que es una actividad esencial para la economía de varios países caribeños, tiene efectos “catastróficos” sobre los corales.
Fuente: EfeFuturo
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