Investigadores han desarrollado una tecnología especial y resultaron ser los primeros en captar imágenes estos 'fuegos artificiales' moleculares y determinar el origen de esas chispas de zinc: pequeños paquetes ricos en zinc, justo debajo de la superficie del óvulo, informa el diario 'Daily Mail'.
"La cantidad de zinc liberado por un óvulo puede ser un gran indicador para identificar a un óvulo fecundado de alta calidad, algo que no podemos hacer ahora", explica Teresa K. Woodruff, profesora de Obstetricia y Ginecología y coautora del estudio.
Según ella, si se lograra identificar los mejores óvulos, sería posible transferir menos embriones durante los tratamientos de fertilidad. "Nuestros resultados nos ayudarán a avanzar hacia este objetivo", añadió.
En estudios previos realizados en óvulos de ratón, este equipo de investigación descubrió el tremendo requerimiento de zinc por parte del óvulo para alcanzar la madurez. Además, determinó que un óvulo pierde 10.000 millones de sus 60.000 millones de átomos de zinc durante la fertilización, en una serie de cuatro o cinco ondas llamadas "chispas de zinc". La liberación de estas chispas es esencial para la formación del embrión en las dos horas siguientes a la fecundación.
Fuente: RT Ciencia
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