Bajo el hielo del Ártico canadiense, a más de 500 metros de profundidad, hay dos lagos subglaciales que contienen agua extremadamente salada. Han sido detectados con un radar instalado en un avión y según sus descubridores, tienen un contenido parecido al que se cree que hay en Europa, una de las lunas heladas del Sistema Solar más prometedoras para encontrar vida fuera de la Tierra. Descubren en Canadá dos lagos hipersalinos como el que creen que hay en una luna de Júpiter.
Están a 550 y 750 metros de profundidad respectivamente.
Según explican en la revista Science Advances, estos dos lagos subglaciales hallados en Canadá -en el casquete glaciar Devon- son un hábitat potencial para la vida microbiana y su estudio podría ayudar a los científicos que buscan vida en otras lunas extraterrestres, pues sospechan que las masas de agua que hay en Europa, una luna de Júpiter, son también hipersalinas. Si existe vida extraterrestre en ese satélite, argumentan, podría ser como la de estos lagos canadienses.
En la Tierra se conocen unos 400 lagos subglaciales, masas de agua permanentemente cubiertas de hielo que se localizan normalmente bajo los glaciares y los casquetes de hielo. La mayoría está en la Antártida y hay algunos en Groenlandia. Los que se han encontrado ahora son los primeros hallados en el Ártico canadiense. Pero además, según destacan sus descubridores, se trata de los primeros lagos subglaciales hipersalinos que están totalmente aislados, es decir, no han tenido contacto con el exterior durante miles de años.
"Los lagos de Devon son únicos porque, a diferencia de otras masas de agua subglaciales, no están conectados a una fuente marina y probablemente son tan salinos debido a las rocas con gran contenido en sal que hay bajo el hielo", señala Anja Rutishauser, investigadora de Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas (UTIG) y autora principal de este estudio realizado conjuntamente con científicos de EEUU, Canadá y Reino Unido.
Los lagos se encuentran a una profundidad de 550 y 750 metros respectivamente. Según las estimaciones, las temperaturas en el lugar donde están los lagos rondarían entre los -12 / -10 grados centígrados. Con ese frío, argumenta Rutishauser, el agua no podría estar en estado líquido a no ser que tuviera un gran contenido en sal.
Aunque todas estas masas de agua subglaciales son buenos análogos para estudiar posibles tipos de vida extraterrestre, la gran cantidad de sal que contienen estos dos los hace particularmente interesantes para investigar qué tipo de vida podría haber en las lunas extraterrestres heladas. En 2011, un estudio del Instituto del mismo centro estadounidense reveló que la luna Europa probablemente contenía lagos de agua con un alto contenido en sal.
Según apunta la científica, si existe vida microbiana en estos lagos del Ártico canadiense, probablemente ha estado cubierta de hielo al menos durante 120.000 años así que posiblemente evolucionó aislada. Un análisis del agua de estos lagos, añade, les permitiría detectar si hay algún microorganismo, cómo ha evolucionado y cómo puede seguir viviendo en este entorno tan frío y sin contacto con la atmósfera.
Toma de muestras
Pero la única manera de averiguar si existe vida microbiana en esos lagos es recoger muestras, una tarea muy compleja pues, según explica Rutishauser, para acceder a ellos habría que taladrar entre 550 y 750 metros de suelo helado. Acceder a estos lagos y tomar muestras es un objetivo a largo plazo.
Perforar el hielo y tomar muestras de estos lagos presenta muchos desafíos debido al espesor del, el agua extremadamente fría y la salinidad. Todo el equipo utilizado para taladrar tiene que ser estéril para evitar contaminarlas.
Para determinar qué lugar es el más adecuado para taladrar tendrán que hacer más investigaciones geológicas. De momento, el siguiente paso será hacer en mayo otro sobrevuelo por la zona con el avión radar para hacer un estudio más detallado.
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