Los científicos tratan de desentrañar el significado de los sueños gracias a las nuevas tecnologías
La función y el significado de los sueños han sido siempre objeto de debate. Ahora la ciencia está más cerca que nunca de descifrar qué ven los humanos mientras duermen y cómo puede simularse esa visión en una máquina.
En 2013 el neurocientífico Yukiyasu Kamitani hizo que cientos de voluntarios echasen breves cabezadas en el interior de un equipo de resonancia magnética, de las que eran despertados repetidamente para que describiesen sus sueños.
Dos años más tarde unos ingenieros de Google también captaron las imágenes oníricas de un ordenador. Introdujeron millones de imágenes en un algoritmo informático inspirado en el cerebro –una red de neuronas artificiales– para estudiar cómo dicho algoritmo aprendía a identificar objetos. A continuación ejecutaron DeepDream, un programa de Google que permite a la red construir su propio paisaje onírico de base algorítmica mediante la identificación de formas en una imagen de ruido visual. El ordenador generó una escena psicodélica a partir del aprendizaje artificial. Como si de un sueño se tratase, las imágenes anteriormente vistas se reconfiguraron en nuevas disposiciones.
No podremos realizar grabaciones precisas de nuestras creaciones oníricas hasta que los científicos no descubran cómo surgen los sueños en el cerebro, dice Jack Gallant, profesor de psicología de la Universidad de California en Berkeley, o hasta que consigan una enciclopedia de la actividad cerebral correspondiente a cada pensamiento.
En 2013 el neurocientífico Yukiyasu Kamitani hizo que cientos de voluntarios echasen breves cabezadas en el interior de un equipo de resonancia magnética, de las que eran despertados repetidamente para que describiesen sus sueños.
Kamitani había conseguido aislar patrones cerebrales únicos correspondientes a determinados objetos que previamente había mostrado a los sujetos en estado de vigilia. Mientras estaban dormidos, el escáner buscaba esos patrones en su cerebro, y después un ordenador transformaba automáticamente los contenidos básicos de esos sueños en breves vídeos. El estudio desveló que coincidían en un 70 % con lo que los sujetos recordaban haber soñado.
Dos años más tarde unos ingenieros de Google también captaron las imágenes oníricas de un ordenador. Introdujeron millones de imágenes en un algoritmo informático inspirado en el cerebro –una red de neuronas artificiales– para estudiar cómo dicho algoritmo aprendía a identificar objetos. A continuación ejecutaron DeepDream, un programa de Google que permite a la red construir su propio paisaje onírico de base algorítmica mediante la identificación de formas en una imagen de ruido visual. El ordenador generó una escena psicodélica a partir del aprendizaje artificial. Como si de un sueño se tratase, las imágenes anteriormente vistas se reconfiguraron en nuevas disposiciones.
No podremos realizar grabaciones precisas de nuestras creaciones oníricas hasta que los científicos no descubran cómo surgen los sueños en el cerebro, dice Jack Gallant, profesor de psicología de la Universidad de California en Berkeley, o hasta que consigan una enciclopedia de la actividad cerebral correspondiente a cada pensamiento.
No hay comentarios :
Publicar un comentario